Esta famosa frase que acuñaron los romanos y nos viene acompañando desde el siglo II, hoy en día es el estandarte de la salud y el bienestar.
El estilo de vida occidental está enmarcado en un contexto de prisas, trabajo, malos hábitos alimenticios y poco deporte, en la mayoría de los casos. Esto hace que el equilibrio energético de nuestro cuerpo no sea el adecuado, acumulando en forma de grasa toda aquella energía que ingerimos y no gastamos debido al sedentarismo.
La obesidad y el sobrepeso son la principal epidemia mundial, habiendo 350 millones de personas obesas y 1.100 millones con sobrepeso.
Provocan más de 2,8 millones de muertes al año, originando además otras enfermedades como:
- Artritis
- Diabetes
- Hipertensión
- Enfermedad coronaria
- Muerte prematura
Ante estos escalofriantes datos, los responsables de la salud decidieron intervenir haciendo ver a la sociedad la importancia de cuidarse, recomendando tener una dieta equilibrada y una vida activa. Este mensaje no ha caído en saco roto y son ya muchísimas las personas que han cambiado su forma de vida tanto a nivel de alimentación como a nivel de actividad física. Muchas para conseguir bajar de peso y sentirse mejor y muchas otras para mantenerse en buen estado físico.